Transformación del empleo (II): soluciones para el desarrollo de habilidades

Por el junio 18, 2018

En la entrada anterior hablábamos de como la gran mayoría de los trabajos de nuestro entorno se verán fuertemente afectados por los cambios tecnológicos y sociológicos. Además de la experiencia técnica específica de su campo, los profesionales ahora deben tener un conocimiento general sólido, habilidades sociales y también una buena autonomía para aprender. Cooperación, creatividad, comunicación, pensamiento crítico… Son habilidades transversales que, desde hoy, serán cruciales.

El desarrollo de estas habilidades no puede llevarse a cabo sin dirigir una mirada crítica a nuestras herramientas de formación. ¿Qué habilidades entrenamos realmente? ¿Qué es lo que necesita evolucionar para que la mayoría de activos puedan encontrar su lugar en esta realidad?

1. Descompartimentalizar los enfoques: para una andragogía de transversalidad

“Necesitamos hacer cambios en la educación que sean útiles para la industria y la sociedad moderna”, dice Pasi Silander en The Independent (citado por Libération, “las escuelas finlandesas ya no quieren ‘materias’ sino ‘temas’)

Chettouf decía en el artículo citado anteriormente que, la compartimentación de materiales, “da lugar a la transversalidad”. Los estudiantes se “reúnen en grupos pequeños” y se enfrentan a la “resolución de problemas” a partir de un tema que moviliza y motiva el conocimiento en varios campos.

Este enfoque nos remite directamente a los escritos de Edgar Morin. Durante su discurso en el Congreso Internacional, “¿Qué Universidad nos deparará el mañana? Hacia una evolución transdisciplinar de la Universidad ” y declaraba:

“Sabemos que el modo compartimentado, monodisciplinario y cuantitativo de pensamiento o conocimiento nos lleva a una inteligencia ciega, en la medida en que se sacrifica la capacidad humana normal de conectar y relacionar el conocimiento para el beneficio de la aptitud. Saber es, en un ciclo ininterrumpido, separar para analizar y unir para sintetizar o complejizar. Hemos perdido la capacidad de conectar, la capacidad de contextualizar, de situar la información y conocimiento en su contexto natural. Perdemos la capacidad de globalizar, de introducir conocimiento en un conjunto más o menos organizado. Pero las condiciones de todo conocimiento relevante son precisamente la contextualización y la globalización.”

2. Resolviendo problemas juntos: para una andragogía de cooperación

En el blog Cursus.edu se preguntaban hace poco “¿La pedagogía por proyectos, es un enfoque pedagógico moderno, acorde a nuestro tiempo?” La respuesta es sí.
Porque activa precisamente las habilidades clave que nuestro mundo necesita hoy en día: cooperación, creatividad y buenas habilidades interpersonales.

Es algo que sucede tanto en la formación de adultos como en la formación inicial, en el colegio con los niños. El proyecto colaborativo implica a más de un centenar de escuelas de educación secundaria, dirigidas por el rector Jean Monteil. Esta iniciativa “se basa en la investigación en el campo de la ciencia cognitiva aplicada al aprendizaje”, según el informe “Industria del futuro del sistema técnico 4.0 para el sistema social” (diciembre de 2017).

“El objetivo principal del experimento es equipar a los alumnos de nuevas habilidades que les faciliten nuevas formas de pensar y actuar sobre la base de nuevos comportamientos: resolver problemas en tiempo real cuya naturaleza evoluciona con el tiempo, dominar la convergencia entre realidad-virtualidad, la interacción entre operadores humanos y objetos conectados, cooperar y colaborar cara a cara y a distancia, romper con la unidad de lugar y tiempo, etc.” (Nota de octubre de 2017, Misión Monteil, Ministerio de Educación Nacional).

cooperacion transformacion del empleoEn la formación de adultos el equivalente sería reunir un equipo, entre diferentes empresas, servicios y/o trabajos, enfrentándolo a un problema real y compartido, combinando la experiencia de cada una de las partes. Aquí nos encontramos con la idea del problem based learning, que involucra a los formandos desde un enfoque de investigación, cuestionamiento y debate, conduciéndoles a la obtención de hipótesis que serán verificadas mediante planes de acción.
Con el aprendizaje basado en problemas, los participantes crean contenidos de todo tipo; escritos, dibujos, representaciones tridimensionales, vídeos, fotos… para materializar su comprensión del problema, sus planes de acción y sus descubrimientos.

Desarrollar las habilidades para el mundo actual es partir de problemas reales y afrontarlos siendo un equipo multidisciplinario que convierta el proceso en una experiencia de aprendizaje; proporcionando las herramientas apropiadas para ello, incluyendo la observación del resultado producido y la calidad de las interacciones dentro del grupo.

3. Convertirse en formandos independientes: por un andragogía de responsabilidad

Aquellos que no saben cómo forjar e implementar su propio proyecto de aprendizaje aun teniendo todos los medios a su disposición, incluida la inmensa y gratuita oferta de Internet, es probable que se queden fuera de nuestro entorno económico y tecnológico.

Deci y Ryan (2002) clasificaron los diferentes tipos de motivación según su grado de autodeterminación. Una motivación “autodeterminada” se da cuando la actividad se lleva a cabo libremente y por elección propia, no cuando responde a la presión externa o a la internalizada (“Seré desaprobado si no hago este módulo de e-learnig”).

Según ellos, son tres los factores sociales que favorecen la autodeterminación:

  • La necesidad de sentirse competente
  • La necesidad de autonomía
  • La necesidad de proximidad social

Las pedagogías del proyecto, basándose en la resolución de problemas, parecen nutrir la necesidad de proximidad social y refuerzan el sentido de competencia, con la contribución que aporta cada uno al diagnóstico o solución.

De acuerdo con la investigación de Ryan y Deci, gran parte del sentimiento de autodeterminación se adquiere durante la educación elemental. ¡Pero ser un formador significa rechazar estas ideas preconcebidas y confiar en que cualquier adulto puede desarrollarse!
Como formadores, ¿nuestro papel principal no debería ser el de quienes  “enseñen a pescar” en lugar de simplemente dar pescado?

Una técnica de responsabilidad sería aquella que se interesase en el resultado del aprendizaje materializado más que en el rastreo del curso. Y eso ayudaría a todos a identificar sus estrategias de aprendizaje y complementarlas en base a sus necesidades.

El trabajo está cambiando. Las soluciones al desarrollo de habilidades también. Y con ellos, el papel del formador y el del formando.

Autor original: Mathilde Bourdat
Manager Offre et Expertise

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