de la eficacia profesional

La actitud del SÍ y su importancia

Aceptar las ideas de los demás para construir juntos, escucharlos y tener en cuenta su propuesta; sintiendo que han sido entendidos, dejando a un lado sus certezas. Estos son los principales valores de la improvisación teatral, ¿por qué no aplicarlos al mundo de los negocios?

La fuerza del SÍ

En un equipo, todos aportan con su granito de arena al proyecto y aprender a decir sí a las propuestas de los demás, nos permite alimentamos de la riqueza del otro. Al aplaudirle en las propuestas conseguiremos que la colaboración sea más auténtica y positiva. Además, confiar en los demás también es confiar en uno mismo.

El “sí” desarrolla la fuerza de la escucha, la agilidad, el desarrollo del otro y la atención a las ideas. Proporciona los medios necesarios para lograr un objetivo común.

Más allá del “sí”, está el “sí, y además …” que permite ir más y más lejos. Incluso aunque algunas propuestas hayan sido abandonadas en el camino, nadie se sentirá mal porque acabaremos por construir con las ideas de todos.

“Solos vamos más rápido, juntos llegamos más lejos”, proverbio africano

La bola de lana

Todos en algún momento, nos hemos encontrado en una reunión de equipo donde cada propuesta era rechazada. Derivando en frustración, decepción y, sobre todo, ningún tipo de progreso en el proyecto discutido. Si en cambio, tenemos en cuenta cada idea y la imaginamos como un rollo de lana… Como una bola no haremos nada, pero si la desenrollamos, podremos crear cualquier tipo de prenda.

Si en una historia uno de los protagonistas se niega a hacer algo, no pasará nada. Pero si se niega y ofrece algo más, la historia continuará, pero uno de los personajes se sentirá frustrado.

Por ejemplo:

«- ¿Te gustaría cruzar ese río para conseguir un tesoro?

– No.

– Ah, bueno…»

Por otro lado, con una actitud de apertura y aceptación, la historia irá más allá:

«¿Te gustaría cruzar ese río para conseguir un tesoro?

El “sí” es una gran herramienta para abordar la relación con los demás de manera diferente, la adaptación al cambio, el manejo de las emociones, el manejo del estrés, el manejo de conflictos, etc.

El “sí” encarna valores como la escucha, el liderazgo, la audacia, la construcción colectiva.